- Hoy en día hay un consenso en que la finalidad de la educación es formar personas (no tanto transmitir sólo conocimientos).
- En el panorama educativo se han sucedido cuatro oleadas, que se han superpuesto las unas sobre las otras:
- La que prima el enseñar a pensar (por ejemplo, los programas de filosofía en el aula, la teoría de las ocho inteligencias -musical, matemática, artística, lingüística, espacial, la de movilidad, la interpersonal, la intrapersonal, etc- distintas de Gardner, de la Universidad de Harvard, según la cual tenemos 3 inteligencias desarrolladas y 5 menos desarrolladas; el pensamiento lateral del profesor Eduard De Bono). Es una ola optimista.
- La que postula que es necesario controlar las emociones (surge a raíz del éxito del libro de Daniel Goleman, discípulo de Gardner, Inteligencia emocional).
- La que hace hincapié en la necesidad de valores morales (si a una persona le enseñas habilidades, les haces más hábil, pero no necesariamente mejor. Si a un delincuente le inculcas habilidades, haces de él un delincuente hábil. Por tanto, es preciso que conozca la justicia, la compasión, la lealtad, la solidaridad, el amor, la verdad...).
- La ola de las habilidades sociales, practicando la asertividad o conducta afirmativa: lograr que la gente sea eficaz y justa, de forma que en una escala del 0 (no hacer nada) y 100 (hacer más de la cuenta o aplicar la violencia), sepamos adoptar una postura según las circunstancias, tendiendo hacia un lado u otro, sin llegar a esos extremos, sin que tampoco sea un punto medio necesariamente.
- A la persona, pues, hay que formarla en esos campos (que aprenda a pensar, que aprenda a controlar sus emociones, que asuma valores morales y que aprenda habilidades sociales).
- Los conflictos se pueden resolver a través de una serie de habilidades cognitivas:
- Definir bien el problema (diagnosticar), siendo necesario tener todos los datos (pensamiento causal).
- Buscar soluciones a través del pensamiento alternativo (que los chicos no tienen).
- Pensar en las consecuencias de nuestros actos y enseñar a mayores y menores sobre ésto (pensamiento consecuencial).
- Ponerse en el lugar del otro, no dándole la razón, sino comprendiéndolo (pensamiento de perspectiva).
- El término agresivo es peyorativo (en psicología, significa faltar al respeto a una persona, bien por defecto, insultándola; o bien por exceso, asesinándola). Por tanto, en el periodismo deportivo no se debería decir que "este jugador es agresivo", sino que es asertivo (que no cede).
fuente: http://alfaqueque.blogspot.com/2007/02/conferencia-de-manuel-segura.html
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